sábado, 25 de julio de 2015

Un intenso sábado de reflexión (Artículo publicado el 22 de mayo de 2011)

Mucha ambiente y más calor en la mañana de la jornada de reflexión.  Bajar al centro en bici tiene la ventaja de que puedes moverte con rapidez de un punto a otro.
En el Hotel HN había expectación por ver a un grupo de “parados o mileuristas” que venían en un bus.  La policía custodiaba y vallaba la zona para recibir a los jugadores del Barcelona. 
Curioso contraste entre el azul-grana y el verde-morado de la torre del campanario de la Basílica del Paso y la Esperanza. 
Unos pocos metros más arriba la Congregación de Mena organizaba una cruz de mayo benéfica, este año con los inconfundibles colores vaticanos.  Curioso aire militar del tenderete montado para que no diese el sol a los comensales. De nuevo otro ejemplo de obra social (directa e indirecta) de las hermandades, que no tiene que estar reñido con echar un buen rato con los amigos en un lugar tan histórico y emblemático como Santo Domingo, aunque la explanada que lo rodea parezca el helipuerto.  A la hora de las fotos aún andaban con los preparativos, aunque ya empezaba a salir un olorcillo magnífico de la zona de las planchas.
Y, cómo no, la ruta terminaba en la Plaza de la Constitución donde queríamos vivir en primera mano el estado de la acampada de “Democracia Real Ya”.   A esa hora poca gente, más mirando que en una reunión con un viejo megáfono. La impresión general de ese momento era de cierto desorganización ya que estaban empezando a coger ritmo en distintas actividades.  Se insistía en que no había que beber alcohol, y se propusieron algunas sugerencias pintorescas como hacer botellón de zumo de naranja (eso me pareció oir) y sobre todo resultaba un poco hilarante que un señor de unos 40 años con el torso descubierto argumentara el simbolismo de la solidaridad entre pobres que es compartir un “litro” (se refería a una botella de cerveza) mientras que los “ricos” se podían tomar un cubata en cualquier bar de la zona.  Todas estas cuestiones quedaron para una asamblea posterior, creo por la tarde.
Se desplegaron unos grandes papeles donde la ciudadanía podía escribir lo que pensara con unos rotuladores gruesos.
Una señora me preguntó si “gobierno” se escribe con b o con v. Le dije que con b de burro. El chiste venía al pelo.
Por cierto, supongo que habrán adivinado los que me suelen seguir en este humilde blog, que la reflexión de Cáritas y la de los cofrades son de cosecha propia, con la plusvalía de que la segunda está rubricada con nombre y apellidos.
Un señor añadió posteriormente a la de Caritas (y con rotulador rojo) que esa asignación está pagada con los impuestos de todos.  Como iba con la bici y el casco y entre tanta gente, no me pude acercar a saludarlo y aclararle, que de los impuestos de todos gracias a las X que se ponen en la declaración de la renta, pero sólo una parte, y eso sin contar el voluntariado humano y las instalaciones que corren por cuenta propia, pero está bien que la gente sepa que gracias a su aportación 800.000 personas (aunque es una cifra que fluctúa) comen, se visten o reciben consuelo gracias a la Iglesia Católica, y en los tiempos que estamos mejor que lo contemos todos los días, y más a los pies de la tribuna oficial, aunque no sea “la de los pobres”.

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