domingo, 30 de agosto de 2015

Cambio de ubicación de un mosaico de la Agonía y las Penas.

La feliz reforma de la fachada de la iglesia de San Julian, sede de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, ha generado una nueva estampa de la misma, a lo que se le une la desaparición del eterno solar que había frente a la puerta principal de este añejo templo.

El ladrillo visto pintado destaca sobremanera en el paramento, desapareciendo los añadidos de la pared, con la excepción de un tablón de anuncios cerámico y un pequeño anagrama pictórico, que recuerda la presencia de la corporación del manto de flores durante varias décadas en dicho enclave.

No obstante la decisión más polémica es, sin duda, el cambio de ubicación del magnífico retablo cerámico de la Agonía y las Penas que había en la fachada, adosado con un bastidor metálico, y que fue bendecido con todos los honores, incluida banda de música, en la Cuaresma. 2008.


Se trata de una imponente obra de los hornos sevillanos de Ruiz Gil, que así describimos en el libro de los mosaicos de Málaga.


La cofradía de las Penas cambió recientemente de sede canónica tras más de cuatro décadas de estancia en la iglesia de San Julián, trasladándose a un flamante oratorio en el entorno de Pozos Dulces.  Fueron  años de vivencias en el antiguo hospital, emblemático espacio al que con posterioridad se incorporó la Agrupación de Cofradías, convirtiéndolo en casa su oficial y museo.  Por ello, la fraternidad quiso dejar constancia de su presencia con un mosaico en el que apareciesen el Crucificado de la Agonía y la Virgen del manto de flores, representando un inédito Stabat Mater. A esa iniciativa se sumó la Agrupación, que fue la que finalmente sufragó la hechura de la obra. 


El párroco de los Mártires, Federico Cortés,  bendijo este azulejo el sábado 26 de octubre de 2008, en presencia de muchos hermanos mayores y cofrades en general, en un acto  amenizado por la Banda Municipal de Málaga. El retablo es de los de mayor dimensión de la ciudad ya que alcanza los 3,30 x 1,65 m, y viene montado en una estructura metálica, que con el tiempo y el peso han abombado ligeramente algunas placas, circunstancia apreciable al ubicarnos en la base del mural. Los bastidores son poco recomendables en trabajos de gran formato, ya que los cambios de temperatura y las dilataciones del metal aceleran la fijación al mismo. Además, en este caso la práctica es innecesaria al coincidir la propiedad del edificio y la del vidriado. La iluminación proviene de dos cirios simulados con luz eléctrica sobre una fachada que necesita una restauración. 



La autoría se debe al taller de Ruiz Gil, en Sevilla, firma que aparece en un elegante pergamino sito en la parte inferior junto a los escudos de la Agrupación y de la Cofradía, siendo la primera obra de dicho taller para Málaga.  La novedad de este alfar vino avalada por la calidad del zócalo realizado para una capilla de la hermandad de San Benito en Sevilla. Asimismo este horno ha ejecutado la decoración de las tabicas de la escalera de acceso de la Sala Capitular de San Julián.   


Destaca la oposición entre los primeros planos de las tallas, con un minucioso trabajo pictórico en la definición de los rostros o el paño de pureza del Cristo, frente al paisaje y el fondo celestial. El nublado se va tornando en un atardecer anaranjado y rojizo, que más abajo vira hacia ocres y verdes terrestres.  La orla, sobre base verde, repite un modelo poco habitual, de gran similitud con la del Cristo de San Pedro de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), centrándose en una sola hilera de azulejos. Este lienzo vidriado se presenta como  una composición sumamente vertical, donde los pies del Señor reposan sobre la presea mariana e incluso se atisban entre la filigrana del canasto. En la parte inferior aparece una leyenda alusiva en un cuidado texto sobre fondo blanco.


   Estamos ante una novedosa aportación a la retablística cerámica local, tanto por su ubicación estratégica, gran formato, contenido histórico, así como calidad de ejecución con el tratamiento de la pintura al agua por parte de este maestro, experto en los reflejos metálicos de los azulejos.



Con la reforma del edificio esta obra pasa al interior de las dependencias de San Julian, justo frente al espacio donde se hallaba la entrada a la sede de esta corporación en un pasillo que ahoga en demasía el mural, que así pierde su concepción inicial de ser visionado a una altura y distancias concretas. Además, el texto que acompaña al mural alude al lugar concreto de "esta iglesia" por lo que no tendría sentido una ubicación distinta.  Así, un cambio que desvirtúa su concepción artística, sus perspectivas, con una iluminación lateral más que discutible y una extrema cercanía al espectador, quizá única solución ante la decisión más que discutible de dejar expedita la fachada, en este caso con un elemento añadido de quita y pon por el bastidor.

Mi sugerencia es bien clara, restituirlo a su posición inicial para que siga encuandrando el paso de las procesiones y sobre todo para que rompa la linealidad y monotonía de una fachada histórica.  

   

La noria y las cubiertas de la Catedral.

Primer domingo no playero de agosto, y una vez superado el trauma de la feria era cuestión de pasear sin quedarse con los pies pegados en el suelo, por el centro de Málaga. Teníamos ganas de un domingo de altura, y al igual que en Londres disfrutamos de la doble opción del London Eye y las vistas de Saint Paul; en Málaga tenemos la opción de la noria y las cubiertas de la Catedral, sin olvidarnos, claro está, de Gibralfaro o el Málaga Palacio.

En lo relativo a precios, y aunque las comparaciones son odiosas, en la capital londinense las tarifas de ambas "atracciones" son similares, y encima en "pauns",  pero en Málaga, la diferencia es abismal. Así, un autóctono tiene que pagar 10 euros por subirse a la noria y sólo 1 euro por subir a las cubiertas, y ahí no radica toda diferencia.

En la noria te encierran en una cabina (eso sí, con aire acondicionado) y solo tienes una perspectiva visual, mientras que en las cubiertas, además de hacer ejercicio físico gratuito con la subida del centenar de escalones, tienes una visión de 360 grados de la ciudad, incluida la noria, sonido ambiente de campanas, y sobre todo la agradable explicación de un guía, que de manera somera te da unas nociones del primer monumento de la ciudad.

No hay color, entre la noria y las cubiertas, me quedo con las segundas,  y encimas apoyamos el mantenimiento de una joya de la historia de la ciudad. Eso sí, le deseo buena suerte a este ingenio mecánico, a la espera de que sea sensible con los malagueños y adapte el precio a los que somos de aquí, y a los gestores del puerto, por cierto, que también se relaje con el cobro del canon de 100.000 euros que creo que se cobra y que ese dinero se pueda destinar a bajar los precios a niños, jóvenes, estudiantes, etc. Al final está claro que el cánon acabamos pagándolo los que consumimos los productos de todo tipo que se venden en el puerto, desde un museo a una hamburguesa a darnos un paseo en noria. Puerto de Málaga, quién te ha visto y quién te ve. Encima con el Apostolado del Mar derruido y con la capilla del Puerto más sucia que el botijo de un garaje y sin sentido de culto que es para lo que fue concebida.

5 estatuas malagueñas opinan sobre la noria.

1.- Manuel Agustín Heredia.  Como empresario e industrial la veo un gran ingenio mecánico, que puede dar beneficio a sus promotores. Eso sí, me estoy mareando de verla dar tantas vueltas. Creo que voy a pedir al ayuntamiento que me gire de sentido para mirar al puente del Carmen.



2.- El Cenachero. Me ha subido la autoestima ya que en la última semana me han hecho más fotos que nunca, pero luego me he dado cuenta que no es por mi sino por el fondo de la noria. Ahora bien, para círculo perfecto el de mi sombrero y mis cenachos.



3.- Hans Christian Andersen. Creo que daría juego para un buen cuento o fábula con moraleja incluida.



4.- Alcalde Francisco García Grana. Menuda maravilla, ojalá la hubiésemos tenido como reclamo en la Málaga de los años 60.



5.- La Gitanilla. Lástima de la palmera que no me deja verla. Ah, por cierto, a ver si de una vez electrifican el pajarito que me roban y así se queda pegado el imbécil que me los roba. Porque soy de piedra inmóvil, que sino le daba un sopapo que lo dejaba listo.




Semana Santa de Álora (De la web cofrades Gamarra)

En el interior de la provincia, a medio caballo entre el alto y medio Guadalhorce, encontramos una de las celebraciones de la Semana Santa más arraigadas.
Es Álora, cuna del imaginero José Navas-Parejo, uno de los pueblos con mayor tradición cofrade, como así lo atestiguan la antigüedad de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Las Torres y la Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de María Santísima de los Dolores Coronada y Soledad.
Es justo con esta hermandad, la de Dolores, conocida también como la Hermandad de la Virgen,  con la que tenemos la primera cita: En la tarde-noche del Viernes de Dolores, tiene lugar el traslado claustral de María Santísima de los Dolores Coronada, desde los pies de su altar, hasta su trono, donde manto y palio están a la espera de recibirla. Este traslado, tiene un sabor especial, entre los cánticos de los Siete Dolores, en un pequeño trono de Navas, avanza la dolorosa del XVII en la fastuosa intimidad del magnificente templo parroquial de Álora, templo al que antaño el Cardenal Herrera Oria, llamase ‘mi pequeña Catedral’.
En la jornada del Domingo de Ramos, en la que no hace tanto tiempo solo salía un trono a la calle, hoy día ya son tres las Hermandades que hacen Estación de Penitencia: Es la primera de ellas la de la Pollinica, que, saliendo desde la Parroquia de la Encarnación, recorre las calles de Álora entre palmas. Ya en la tarde, el Cristo de la Columna, de la Archicofradía de Las Torres, sale desde una de las puertas laterales de la Parroquia, la del patio de los naranjos, también conocida del Panteón, con un largo desfilar de túnicas moradas y capirotes blancos. Y culmina la jornada, la que antaño era la única del Domingo de Ramos: El Huerto. Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, única obra de dicha iconografía que ha realizado el imaginero sevillano Luís Álvarez Duarte, sale desde la ermita del Calvario para llegar hasta el centro del pueblo, acompañado, como es tradicional, por representantes de la Base Aérea de Málaga del Ejército del Aire, tradicionalmente vinculada a la Hermandad.
Con  la tarde noche del Martes Santo, llega, de nuevo, la sobriedad a las calles de Álora: El Cristo de los Estudiantes, magnífico crucificado de Navas-Parejo y de la Archicofradía de Jesús Nazareno, es trasladado a hombros desde la Parroquia hasta el Castillo de Las Torres por las calles del casco antiguo del pueblo.
En la media noche del Miércoles Santo, tiene lugar el Via+Crucis de la Hermandad de Jesús Orando en el Huerto, en el que el Crucificado que preside la Iglesia de la Vera Cruz, sede canónica de la corporación, es llevado a hombro por las calles del centro del pueblo en oración del Via+Crucis.
Llega el Jueves Santo y con este, una de las jornadas grandes de la Semana Santa de Álora. Salen a la calle cuatro procesiones: La primera de ellas, Nuestro Padre Jesús Nazareno de Las Torres, que, acompañado desde hace más de 50 años por la Brigada Paracaidista, baja desde el castillo que le da nombre, hasta la Plaza Baja, donde se encuentran con las otras dos cofradías. Le sigue el Cristo de los Estudiantes, imagen con jóvenes y abundantes devotos, que igualmente baja desde el castillo. Tras las dos imágenes de Cristo, ya en la Plaza Baja, se suman dos cofradías: La primera, la de María Santísima del Amor y San Juan Evangelista, hermandad que antaño solo tuviese como titular al Discípulo Amado, y es por ello que tradicionalmente se le conoce como la Hermandad de San Juan, una imagen obra de Prados López. Cierra las procesiones del Jueves Santo, María Santísima de los Dolores Coronada bajo palio.
Llegada la mañana del Viernes Santo, tiene lugar la más popular de las celebraciones de la Semana Santa de Álora: La Despedía. Jesús, bajo la advocación de Dulce Nombre de Jesús Nazareno de Las Torres, se despide de María, su madre, bajo la advocación de María Santísima de los Dolores. Esta despedida última entre madre e hijo, este último adiós antes de la muerte del hijo, tiene lugar en la Plaza Baja, antaño plaza principal de la localidad, presidida por el majestuoso templo parroquial. Los tronos de ambas imágenes, llevados por lo general, por unos sesenta hombres de trono cada uno, son portados solo por ocho hombres de trono:. cuatro en cabeza de varal y cuatro en la parte final del varal, nadie más. Los que van en cabeza de varal de cada trono, y ante la señal del mayordono de La Despedía, que cada año es de una o la otra cofradía, según años alternativos, realizan una genuflexión, poniendo la rodilla en tierra por unos segundos, y a una nueva señal del mayordomo, se levanta, realizando este ejercicio por tres veces, acercándose entre sí los tronos cada vez más tras cada una de las genuflexiones. Es una forma única de escenificar el saludo que realmente se ha tornado despedida. Tras esto, los tronos se llenan rápidamente de portadores y la imagen de Jesús Nazareno, es portada por los Paracaidistas, que, llevando el trono girado para que siempre quede mirando hacia Dolores, llevan al Nazareno de Las Torres a un paso vertiginoso hasta el Castillo de Las Torres, donde la Hermandad de Jesús, ya de manera individual, repite el acto de La Despedía solo con el trono de Jesús.
Esta tradición, está fuertemente arraigada en el pueblo de Álora y ha sobrevivido incluso a intentos de prohibición eclesiástica. La rivalidad que antaño caracterizaba la relación entre estas dos Cofradías, a día de hoy se ha tornado en una rivalidad sana y en acicate para el afán de superación y esfuerzo. Y La Despedía, en lugar de escenificar dicha rivalidad, hoy representa justamente el mayor punto de unión y hermandad entre las Cofradías de Jesús y Dolores. Y tal es así, que la Archicofradía de Jesús Nazareno de Las Torres, fue madrina de la Coronación Canónica de María Santísima de los Dolores allá por el año 2000.
Llega la noche del Viernes Santo y con ella, El Silencio: La Hermandad de la Piedad, tradicionalmente conocida como El Silencio, sale desde la Iglesia de la Vera Cruz en un sobrio recogimiento. Tras su paso por la Plaza Baja, y sin solución de continuidad, sale tras El Silencio, la procesión del Santo Entierro, también conocido en el pueblo con El Sepulcro, tradicionalmente vinculado a la corporación municipal y perteneciente a la Archicofradía de Las Torres. Se une tras el Santo Entierro, el cortejo de María Santísima de Las Ánimas, que, perteneciente a la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Las Torres, baja desde el Castillo homónimo para ir tras el Santo Entierro. Pero llega la media noche, y Dolores se viste de Soledad: la imagen de Dolores, bajo advocación de Soledad, sale de riguroso luto en un añejo, pequeño y precioso trono de Navas. Recorre la Soledad las calles de Álora en el más  respetuoso de los silencios. María, madre, llora a su hijo.
Llega el Domingo de Resurrección y la imagen de Jesús Resucitado, de la Hermandad de la Pollinica, cierra las procesiones en Álora. Cristo ha Resucitado. Ha llegado la Pascua, y con ella, ha de llegar nuestro renacer como cristianos.

Álvaro Fernández, cofrade de Álora


sábado, 29 de agosto de 2015

Fotógrafo entre palmas. Gamarra 2015.


Del regazo a la Cruz. Mayo 2009.


Azotado sobre el Guadalquivir.

Foto Pedro Leiva. Jueves Santo 2009.


Niño a hombros. Domingo Ramos 2009.


El sentido de las palmas. (Artículo publicado en marzo 2014 en cofradesgamarra)

Un hecho diferenciador de la procesión de Gamarra del Viernes de Dolores es cómo los penitentes portan palmas en vez de cirios. Ello nos relaciona con la jornada procesional del Domingo de Ramos, donde la única hermandad que lleva este peculiar elemento vegetal es la Pollinica.
Las palmas que han lucido nuestros nazarenos provienen de la ciudad alicantina de Elche, y en concreto se han solicitado 280  unidades de una variedad específica dentro de un amplio catálogo, historia que contaremos en otra ocasión.  La página web de la empresa Palmas Blancas, nos cuenta cómo las hojas de las palmeras datileras se usaron desde tiempos remotos en la celebración de la fiesta judía de los tabernáculos, coincidente en el tiempo con la época de recolección de los dátiles, y para acompañar la procesión triunfal de la entrada de Cristo en Jerusalén, recordando la leyenda que indicaba que la palmera se inclinó para ofrecer sus frutos a María (durante la Huída con José y su Hijo Jesús de Herodes, Rey de Judea).
Por otro lado, la palma simboliza la Victoria y el Martirio, y así los Santos Patronos de Málaga, Ciriaco y Paula, nos ofrecen en su iconografía unas palmas por su sacrificio por lapidación, o sea, condenados por los romanos a muerte por apedreamiento, por no querer renunciar a su fe cristiana. Además, la palma  conlleva el mensaje de la penitencia, ya que la ceniza con que somos ungidos el Miércoles de Ceniza proviene de las palmas quemadas de los Ramos del año anterior, renovándose el ciclo de los tiempos litúrgicos.
Sin duda, la palma es un elemento de un alto contenido catequético, esencia de la cultura cristiana y mediterránea, que distingue al colectivo cofrade de Gamarra, y no sólo el Viernes de Dolores sino en las distintas presencias corporativas durante el año, y que invitamos a los alumnos a que cuelguen en sus terrazas como símbolo de familia cristiana.


Las túnicas nazarenas de Gamarra. (Artículo publicado en febrero 2014 en la web cofradesgamarra)

En tan solo dos años el proyecto Sentir Cofrade de Gamarra va encontrando sus propias claves y señas de identidad. Mucho se ha hablado en el mundo cofrade, incluso con alguna crítica, de los peculiares colores de los hábitos nazarenos, y en especial el tan comentado amarillo de Gamarra, tan raro en las túnicas malagueñas, con la excepción de las capas de los penitentes del Rescate.
Los hábitos penitenciales o túnicas de nazareno son elemento consustancial del patrimonio de una corporación y posibilitan la participación del alumnado, siendo por tanto una inversión prioritaria. El penitente es anónimo, con la excepción de los más pequeños con sus capillos o faraonas, y confiere a la figura del nazareno de una elegancia, sobriedad y sentido de recogimiento que es esencia de una procesión.  
Aunque es bien conocido no es redundancia recordar que los colores amarillo y blanco de la sección del Cristo aluden a la bandera del Vaticano, y justamente su estreno coincidió con la elección del nuevo pontífice, el Papa Francisco, en la Cuaresma de 2013. Por extensión, pero en un segundo plano, este color recuerda los matices del uniforme escolar deportivo.  El impecable tejido amarillo queda matizado por una estola de color blanca, combinando todo el conjunto con la peculiar tonalidad de las palmas que portan los penitentes. A todo ello se le une, asimismo, un cíngulo blanco para ceñir a la cintura.
En el caso de la sección de la Virgen, se mantiene el color amarillo, que queda roto por el azul eléctrico de la estola, en alusión al Dogma de la Inmaculada Concepción pero en un tono más fuerte. Es el mismo motivo por el que la Virgen  de Gamarra procesiona con manto celeste o en el frontal del trono preside una imagen en terracota de la Purísima.
La originalidad del tejido obliga a un exquisito cuidado del mismo, de ahí que en breves fechas todas las túnicas (incluidas las de portadores) serán llevadas a una tintorería especializa, con la ventaja de que al no portar cirios los penitentes, no hay manchas de cera. Así, con el lavado en seco se mantienen los matices de los colores y se asegura la conservación para muchos años.  En algunos casos, las cofradías han intentado ahorrar en este menester y han lavado las túnicas nazarenas en distintas lavadoras, generándose un caos posterior de matices que deslucen posteriormente en un cortejo a luz del día, como es el de Gamarra.


La campana de la Victoria.


viernes, 28 de agosto de 2015

De campanas, llamadores y timbres. (Artículo publicado en la web cofradesgamarra en agosto 2014)

¿Quién no ha oído alguna vez el sonido de la campana de un trono de Málaga? ¿Quién no ha deseado alguna vez poder toca el frío metal o golpearla fuertemente con el martillo? ¿Quién no lo ha hecho en alguna ocasión con los nudillos de la mano y ha pegado el oído para escuchar esa vibración metálica que se va transmitiendo por los varales? ¿Quién no se ha fijado en las muescas por los martillazos? ¿Quién no ha leído sus mensajes escritos?
La campana de trono en la parte delantera de los varales es esencia malagueña, aunque no sólo es característica de aquí, sino que puede verse en otras ciudades andaluzas o incluso en la zona levantina o castellana. 
Se habla de la influencia marinera de las campanas, como las que en los barcos avisan y ordenan a la tripulación o las que marcan el paso de las horas desde las iglesias. Pero claro, lo de la influencia del mar se relativiza cuando se ven en ciudades de interior.
Las campanas tienen un lenguaje propio y según su aleación metálica y tamaño pueden matizar el sonido, existiendo en la ciudad algún "experto", que sabe diferenciar algunas de ellas con tan solo oírlas. También es un factor muy importante si son golpeadas con martillo metálico o con uno de madera. En ese segundo caso es necesario dar un golpe más fuerte. No hay nada más triste que un toque pusilánime o flojo, ya que las órdenes deben ser rotundas, y sobre todo llegar hasta el final del trono, más aún con la barrera sonora que producen los mantos.
Málaga es tierra de campanas, un trono sin ella no tiene sentido, la campana es la guía que casi levita atornillada a los varales centrales, con el acompañamiento artístico, en algunas ocasiones del arco de campana, con ejemplos de gran barroquismo como el del trono del Cristo de la Sangre.
En Semana Santa suenan campanas por las esquinas de la ciudad, su sonido anuncia que se acerca un trono, bien con los toques de atención para los portadores distraídos, los tres toques para levantar (dos más seguidos y uno posterior más distanciado) los toques únicos de recuperación cuando se ha perdido el paso o el trono se está hundiendo, o los tan típicos tres toques seguidos y uno posterior para levantar a pulso. En este último caso, las cofradías que levantan sus tronos a pulso suelen tener "martillos de pulso", con el mango más largo para poder llegar a la campana para avisar de la bajada.
Frente a la campana, el llamador, que es una especie de aldaba horizontal que va sobre la base del paso o trono. Es curioso cómo hay distintas combinaciones y así hay algunos pasos con campana y tronos con llamador (es curioso darse una vuelta por youtube en ciudades como Jaén, Almería, etc. etc.).  El llamador tiene un sonido más seco, menos sonoro, es un simple golpe tras varios previos de aviso, con la importante diferencia que antes de su uso el capataz encargado de avisar suele decir algunas palabras o voces (alguna sumamente exageradas) para prepara a costaleros, cargadores, prominentes u otras figuras que van bajo los pasos o tronos.
Además de campanas y llamadores hay otras variantes, como las chapas metálicas donde se golpea con un bastón (Murcia), o los prosaicos timbres, de los cuales tenemos en Málaga el ejemplo de Servitas, que avisa con un zumbido de las maniobras para levantar o bajar las andas. Y claro, en muchos lugares es la persona que va al mando la que da la órdenes a viva voz, normalmente en tronos pequeños o andas.
Todas las opciones son válidas, aunque si me permitís, me quedo con la sonoridad de las campanas. Todavía resuena el eco por los jardines de Gamarra de la que sonó en la mañana del Viernes de Dolores.   
Ah, y una curiosidad, la campana más grande que ha guiado un trono fue la de la torre de la Basílica de la Esperanza, cuando se pasaron en la madrugada del Viernes Santo por primera vez los dos tronos en paralelo por el puente de la Esperanza, que se levantaron a la orden de las campanas del campanario de la Basílica. 


Feria de Málaga 2015. Música y baile por verdiales.








Pregón Encarnación Dos Hermanas 2011.

Grabación del buen amigo Agustín Rivera, con la participación musical de la Banda Municipal de Álora.




martes, 25 de agosto de 2015

Guadalupe. Una nueva advocación para Málaga.

Cartel de la bendición de una nueva imagen de Álvarez Duarte para Málaga. Como anécdota, recordar que allá por los años 90 del siglo pasado  hubo un intento de que una Dolorosa se llamase de Guadalupe. Coincidió con la etapa más activa del Niño Jesús del Gran Poder, cuando procesionaba la antigua imagen del taller de Benlliure, con Eduardo Nieto al frente de aquella iniciativa. Algún día habría que escribir aquella historia que por desgracia no fructificó.


Holy Cross. Jueves Santo 2012.


Periodistas. Jueves Santo 2012.


domingo, 23 de agosto de 2015

sábado, 22 de agosto de 2015

Siempre de frente. Mediadora 2011.


Petalada falta de puntería. Mediadora 2011.


Con Antoñito, Un crack. El tipo más feliz y sonriente del trono de Mediadora.


Las cuentas. Domingo Traslados 2011.


Molino malva.


Nazarenos en el túnel. Asilo 2011.


Presidencia de Esperanza y Refugio. Cuaresma 2011.


Mujeres del trono. Asilo de los Ángeles, Cuaresma 2011.


Bendición.


Ancianos y Candelaria en Colmenar.