domingo, 11 de octubre de 2015

El imbécil (o la imbécil) del rotulador.

Estimado y desconocido imbécil del rotulador:

 Paseaba esta mañana con un amigo de Madrid y unos cofrades de Gandía, por la turística calle Alcazabilla, conversando de lo divino y lo humano, de la urbe milenaria de varias culturas, de la Málaga hospitalaria, de la Primera en el peligro de la libertad, de la avanzada con un cementerio no católico, de la ciudad de Picasso y de Pedro de Mena, de la Málaga de Chiquito de la Calzada y Antonio Banderas, de la Málaga de Miguel de los Reyes y Antonio Molina, de la Málaga de las cubiertas de la  Catedral y de la noria, y entonces aparecistes tú, de improviso y sin avisar.

Sí, tú, el imbécil del rotulador que hace una pintada a uno de los paneles de la exposición de Mena. La cofradía recuerda su historia, sin rencor, y con la perspectiva del tiempo y del perdón cristiano, y apareces tú, imbécil o imbécila del rotulador y afirmas entre dobles admiracioness.

 !Todavía no han ardido todas!




Además  no vale que seas un niñato grafitero, ya que tu texto no tiene faltas de ortografía y denota una cuidado caligrafía. Estás bien educado porque no tapas logotipos, lo que demuestra que respetas las normas y seguro, que como yo, has leído los textos explicativos tanto en español como en inglés, para ver si llegas al nivel B2 o te quedas en el B1 del Trinity.

Pero la señora de Gandía, dice el que ha escrito esto es el imbécil del rotulador, ella te ha descrito, te ha definido, te ha patentado, porque por lo que parece echas en falta que ardan todas las hermandades, ¿no, querido imbécil?, que ardan sus dependencias y su obra social, y luego los miles de personas que están recibiendo ayuda de todo tipo (antes, durante y después de la crisis) te las mandamos y les dibujas con tu imbécil rotulador un plato de sopa humeante como los de Mingote.

Y la de Gandía reflexiona que tu deseo es el mismo que el de los integristas del Estado Islámico que están destruyendo obras de arte y cortando cabezas. Es el odio por el odio, aunque el tuyo me parece que es una simple pose estética que puede tener su público.




No es mi estilo insultar, sólo describo como la señora de Gandía te definió de imbécil, y no estaba muy descaminada, aunque yo creo que ni tú mismo te crees lo que has escrito, sino que es el típico pose gracioso anticlerical, y que seguro no serías capaz de repetir en un muro de la mezquita de Rabat o de aquí mismo de Málaga.

De todas maneras, estás en tu derecho a proponer la desaparición legal o hasta física de las hermandades y cofradías. A mi, por ejemplo, no me gusta la papiroflexia ni los dragkuin (o como se escriba) pero los respeto.  Espero tus argumentos, dando la cara eso sí, en uno de los centenares de foros cofrades. Me gustaría oír tus motivos. Ah, pero no me vengas con los manidos argumentos de las coronas de oro ni que los legionarios los trajo Franco, porque como habrás leído en inglés y español son de la década de los 20, mucho antes de lo que vino luego, incluida la quema del 31 o del 36 que la Iglesia y los cofrades hemos superado y perdonado, y sólo queda como un hecho histórico que hay que conocer pero ver con la perspectiva de los tiempos.

Sin más, querido imbécil del rotulador (como decía mi ya amiga de Gandía), recibe un cordial saludo.
Post data: Miguel López Palma comenta la falta de la tilde de todavía, a lo que uno, la que le sobra a ardido, lo que le hace indagar en la teoría del niñato. Sin embargo, creo que son fruto de las prisas por no ser pillado infraganti o de la incomodidad al escribir agachado.

Por cierto, otro lector reflexiona si la gente va por la vida con un rotulador de punta gorda o bien que la pintada estaba premeditada.

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