miércoles, 27 de enero de 2016

Palabras dirigidas al artista Pedro Ocaña.

Estimado Señor. He leído en la web de el Observador la noticia sobre la supuesta censura hacia una exposición con fotografías tuneadas de imágenes al culto de la Virgen María.

 En primer lugar, felicitarle por su dominio del photoshop, y de entrada, sea bienvenido al club del retoque de fotos de imágenes, ya que yo mismo he editado distintos carteles de Semana Santa, aunque con otro fin, la de incluirle textos o logotipos o retocar el paisaje urbano que los rodea.

En una sociedad libre y democrática, como en la que vivimos, Vd. es libre de realizar la creación artística que le venga en gana y la ciudadanía es libre de alabarla o criticarla.Y eso sí, me parece digno de elogio cómo maneja Vd. con fines publicitarios las criticas recibidas, las cuales Vd. mismo critica dentro de un juego de libertad.



Eso sí, falta Vd. a la verdad en varias cuestiones, que paso a aclararle.

1.- Habla Vd. de obra censurada, cuando no lo es. La censura debe provenir de un poder político, y en este caso Vd. simplemente o busca publicidad o tiene miedo o prudencia de no meterse en zarandajas jurídicas. Por tanto, hablaríamos en todo caso de autocensura.

2.- España no es un país supuestamente laico, como Vd. afirma. Le invito a que se lea la Constitución, en concreto su artículo 16.3, en la que se define claramente con un Estado aconfesional, donde hay libertad de culto.

3.- Los gastos de los "paseitos", alojamiento o limpieza de las Vírgenes no son pagados por la ciudadanía, como Vd. inventa. El gasto anual del mantenimiento de las imágenes es sufragado por las hermandades que la regentan, y  si se refiere a la limpieza de la ciudad en los días de Semana Santa, le invito a que vea los informes que dejan claro cómo las procesiones dejan más dinero en la ciudad que el gasto que generan.  Y eso dinero va en muchos casos a gente desfavorecida que puede ir tirando unos meses gracias a lo que gana vendiendo kokis (seguro que le encantan a Vd.), limones cacarúos, latas de refrescos, o siendo vigilantes de las sillas que se ponen en la Alameda. Échele también un vistazo en Internet a la Fundación Corinto. Seguro que le sorprende.

Por tanto, amigo Ocaña, déjese de rollos de gastos, que para gastos otros muchos que generan muchos menos beneficios o simplemente son deficitarios. Yo mismo, más ensucio corriendo una media maratón, lanzando papelillos en el carnaval o en la playa, que participando en una procesión.

E, insisto, le felicito por su inquietud cultural, y me encantaría hacerle llegar dos libros sobre retablos cerámicos devocionales malagueños que he publicado.

Comprenda, estimado amigo, que haya gente que le pueda molestar que se tuneen imágenes a las que les tienen devoción. A mi personalmente no me afecta, aunque hay gente de muy distintas sensibilidades.  Sería algo parecido a si yo cojo una fotografía de un familiar suyo fallecido recientemente (permítame el ejemplo sólo con un fin descriptivo) y la tuneo con una sonrisita por aquí o una mueca por allá, Sería comprensible que  Vd. pudiese enfadarse.

Y no se crea que los cofrades somos gente rancia, carca o antigua. Al contrario somos modernidad, y defensa de los desfavorecidos. Somos la avanzadilla cultural malagueña, eso sí, con aires barrocos, si nos lo permite Vd. claro. La cultura cofrade va desde Eugenio Chicano a Juan Vega, pasando por Juan Rosén o los pasteleros de Aparicio.

Sin más, reciba un cordial saludo, invitándole a que siga con un línea artística transgresora. Se me ocurre un montaje con versículos del Corán o con alguna que otra imagen de las pocas que hay de Mahoma, por ejemplo el que hay en la Catedral de Bolonia, y hace Vd. un montajillo ridiculizándolo. ¿Se anima?

Jose Manuel Leiva.

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