lunes, 31 de octubre de 2016

Hollywin. Una respuesta inteligente para nuestros hijos.

Los cofrades malagueños, capaces de inventar el alzacables  o los varales telescópicos, debemos dar una respuesta inteligente ante la sobredosis de jalouin que amenaza a nuestros jóvenes, y a que el hecho de no celebrarlo, no les haga sentirse como un bicho raro.

Ya ha sido acuñado el término Hollywin, los santos ganan y por goleada en una propuesta lúdica, reivindicativa, festiva, divertida, participativa y con mensaje cristiano, ya que nuestra religión es de vida, y no de muerte.

La Fiesta de Todos los Santos debe ser además de una liturgia en los templos, una jornada en la que en familia todos nos revistamos (que no disfracemos) de uno de los miles de santos que conforman la Iglesia Universal, y lo hagamos público, compartiéndolo con nuestros conciudadanos.

Y claro, ese ropaje debe incluir el personaje, y así conseguiríamos indagar en la vida y obras de antepasados que siguen tan vigentes como Santo Domingo de Guzman, la Madre Teresa o Fray Escoba. La lista es interminable. El último inscrito ha sido San Manuel González.

Seguro que la Delegación de Juventud del Obispado y la propia Agrupación de Cofradías se unirían en un certamen que reuniera a centenares de niños vestidos de santos o santas, acompañados de sus familiares, en una Eucaristía en la Catedral y posterior desfile por las principales calles de Málaga. A ello se le podrían añadir concursos de redacción, dibujo, videos, presentaciones de los santos, teatro, etc.

Frente a la oscuridad y la mercromina del jalouin estaría la luz y la alegría de la fiesta de Todos los Santos. Frente al susto, la sonrisa. Frente al mínimo discurso de un zombi o un vampiro, el mensaje de amor de San Juan Bosco o de Santa Juana Jugán.

Ahí queda la sugerencia, y que cada uno tome el sendero que mejor considere.

Tenemos un año para preparar el hollywin de 2017. Yo me apunto. Incluso me revisto.


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