domingo, 2 de octubre de 2016

Paso al frente de la hermandad de San Andrés.

Tenía ciertas dudas. Pero todo se disipó al toparme en los jardines de la iglesia Virgen del Camino con la nueva imagen de esta corporación, el Cristo de la Luz del Mundo.

Apostar por un escultor joven, Valerio Téllez,  con pocas referencias, es arriesgado. Es más fácil ir a lo seguro, pero en este caso San Andrés han acertado de pleno con una talla novedosa, devocional, con personalidad y que centrará un futuro grupo escultórico de la Aceptación de la Cruz.


Ayer se comprobó el apoyo del Obispado, con la presencia del delegado de Hermandades y Cofradías en la bendición del Cristo. Se ratificó el apoyo de cofradías con solera, como el Cautivo, que apadrinó la imagen y acompañó musicalmente. Se vio una vez más cómo San Andrés es querida por todos los cofrades. Son gente que caen bien, sencillos como su barrio, en un entorno complicado, que se simboliza en las difíciles maniobras que hay que dar con los tronos, por mor de los cientos de coches aparcados en cada esquina.

Pero sobre todo se vivió el apoyo del barrio, que tiene en esta corporación nazarena un referente de identidad, como bandera en la ciudad, de la que presumen.


Hay un antes y un después en esta bonita historia. Evidentemente los siguientes pasos son la aprobación estatutaria, la definición de una capilla, la mejora de algunos aspectos patrimoniales y en poco tiempo el ingreso en la Agrupación. Es de justicia.

Tiempo al tiempo, San Andrés se unirá a la terna que en 2000 inauguraron Humildad y Paciencia y Mediadora. En patrimonio humano y artístico están ya al mismo nivel.

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