miércoles, 3 de mayo de 2017

Mantengamos y mejoremos el actual recorrido oficial de las procesiones de Málaga.

Con la vorágine cofrade y los debates televisivos y radiofónicos posteriores,  ha vuelto a airearse el tema del posible cambio de recorrido oficial, como el quijotesco Bálsamo de Fierabrás que todo lo cura. Casi todos los hermanos mayores han sido cuestionado por este tema, aunque es curioso comprobar cómo en muchos casos, una es la opinión mediática y otra bien distinta la que se escucha en otros momentos. Y asimismo, a veces se tiene una opinión reducida a la propia hermandad y no una visión global e histórica del recorrido oficial. No todo es cuestión de metros o de unos miles euros más de subvención por un mayor aforo, sino de de sentido histórico.

He de congratularme que mi propuesta (la de quedarnos como estamos, y mejorar y modernizar en la medida de lo posible) ha sido la elegida para 2017 y espero que se siga en esta línea en los próximos años por el bien de la Semana Santa. Esta claro que no es bonito ver una valla de metro, pero los cofrades debemos tener claro que hay que sacrificarse por el bien de la ciudad, así como la obra del metro (que no era tan fiera como la pintaban algunos) se adapta a los ritmos de las procesiones, hecho que hay que agradecer.

También me congratulo cómo voces reconocidas han comenzado a defender el actual recorrido, que ha sido estigmatizado de manera sibilina (valga la expresión metafórica), culpándolo de todos los males de la coordinación de los cortejos, cuando la clave principal (y eso es notorio) radica en el ajuste del tiempo de paso, la rectificación de algunos órdenes en la jornada, las dos puertas de la Catedral y seguramente la habilitación del Sábado Santo.  

El bueno de Pablo Atencia (al que desde aquí expongo mi reconocimiento por su magnífica gestión como presidente) ha acabado por creerse una afirmación de tanto repetirla en los medios. Con todo respeto me permito negar la mayor. El nuevo recorrido NO SERÍA MÁS PERMEABLE que el antiguo. Y no es una opinión, sino un hecho tangible, ya que me baso en datos concretos.

Si entendemos por permeable como accesible o fácil, está claro que el número de entradas y salidas así como la distancia entre estas son datos definitivos para la permeabilidad. Insisto, son datos, no opiniones.

El actual recorrido dispone de 8 accesos, en concreto 4 entradas y 4 salidas. Véanse en el siguiente plano:



Asimismo, obsérvese el gran espacio de seguridad que hay junto a la entrada del recorrido oficial, en concreto todo el cauce del río, así como la avenida de Andalucía y alrededores.  Todos sabemos que mucho público se aposta por este entorno, en especial familias y gente no abonada, que es la inmensa mayoría, incluidos los turistas.

Por contra, la entrada al posible cambio de recorrido oficial sería una auténtica ratonera, e insisto y recalco este adjetivo, más aún en los tiempos que corren con las nuevas realidades que hacen peligrar las procesiones tanto en Málaga como en cualquier punto de España.

Sólo habría dos entradas, Especería-Cisneros, rodeadas en muchos casos de callejones (alguno sin salida), en un laberinto o el descenso de calle Granada en algunos casos. A todo ello hay que unir el hecho de que es un entorno mucho más colmado de negocios, portales, etc. sin espacios amplios para una posible evacuación de urgencia.




POR TANTO, ME PERMITO AFIRMAR QUE LA ENTRADA DEL ACTUAL RECORRIDO OFICIAL ES MUCHO MÁS SEGURA Y CÓMODA, Y POR TANTO PERMEABLE QUE EL PROYECTO ANUNCIADO.

Cuestión aparte es la importancia de atracción del entorno de las sillas para el público menos experto, que con la masificación del turismo, cada vez es mayor.

Una simple encuesta hace comprobar este hecho, cómo el turista se acerca a la zona oficial y ve pasar de lejos, en muchos casos, los tronos y luego busca el final o principio de la zona acotada para ver algo más al detalle. Por tanto, podemos afirmar que tanto la entrada como la salida de la zona restringida por sillas es un polo de atracción, y asimismo mientras más lejanos estén estos dos polos, es mucho mejor para la permeabilidad de las calles y el flujo de personas.

La actual distancia en línea recta entre los puntos actuales de salida y entrada del recorrido oficial es de unos 700 metros,


 mientras que la línea recta en el posible cambio sería de unos 250 metros.

Está claro que los datos hablan por sí solos, y estos aumentan, incluso, si esta línea se hiciese por el trayecto natural de las calles.




Con respecto a las salida del recorrido oficial, tampoco hay color. El actual itinerario es más seguro y permeable que el propuesto, dando asimismo muchas más combinaciones.

Así, tras la doble curva, los cortejos pueden tomar en la actualidad 4 vías: Calderería, Granada, Duque de la Victoria y Molina Lario.

Por contra, con el nuevo proyecto son sólo tres las opciones: Postigo de los Abades, Plaza del Obispo y Strachan, esta última, ciertamente muy problemática por dos motivos, primero por ser proliferación de negocios de restauración con veladores en la vía pública y sobre todo, y en segundo lugar, porque Strachan te dirige hacia Larios, que puede estar ocupada en ese momento por otros cortejos.




Por tanto, podemos todos afirmar que el actual recorrido oficial es más permeable que el nuevo proyecto

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